Es poco probable que el coche se averíe de un día para otro. En parte es por esto que subrayamos la importancia de reparar los defectos leves que pueden surgir en la inspección ITV. Porque mañana podrían ser un defecto grave, que no solo va a suponerte un desfavorable en la ITV sino también una reparación más cara.
Entender y saber interpretar las señales que nos da el coche nos va a beneficiar. Te mencionamos algunos síntomas que conviene prestarles atención:
El cambio de marchas se vuelve duro: si notas que cambiar te cuesta algo más de lo habitual o hace algún ruido fuera de lo normal es probable que el embrague no esté haciendo correctamente su trabajo. No fuerces más la caja de cambio y llévalo al taller.
Ruidos bajo el capó: si el capó chirria es posible que haya algún problema con la correa de distribución, la cual se encarga de accionar distintos elementos del motor para su correcto funcionamiento. Los chirridos pueden significar que la correa está desgastada.
El volante vibra: si notas que al aumentar la velocidad comienza a vibrar, debes saber que puede ser debido a una mala alineación de la suspensión, provocado un por un duro golpe en un resalto por ejemplo, o a un desequilibrio de los neumáticos.
Frenos que chillan: si al frenar oyes un sonido muy agudo y estridente, probablemente signifique que las pastillas de freno se han desgastado y hacen contacto con el metal. De ahí ese sonido. Es importante que acudas al mecánico para cambiarlas, ya que, además de dañar el disco de freno, disminuye la potencia de frenado.
Humo por el tubo de escape: si tu coche expulsa más humo de lo normal por el tubo de escape, algo falla. No obstante, es el color del humo lo que normalmente determina el problema:
- Si es gris significa mala combustión, causado por algún problema en el sistema de inyección, de la sonda lambda o la válvula EGR.
- Si es blanquinoso, es señal de una fuga en el sistema refrigerante.
- Si es azul, significa que el motor quema aceite.
Fuga de aceite: si al sacar el coche del lugar donde lo tenías estacionado, queda una marca de color oscuro, probablemente tengas una fuga de aceite. Además, probablemente se te encienda el
testigo de fallo del motor.
Falta de potencia: si notas que al coche le cuesta acelerar puede que el problema venga de las bujías, una reparación relativamente sencilla, o quizás del sistema de admisión por una mala mezcla entre carburante y oxígeno o similar. En cualquier caso, mejor será que un profesional haga una diagnosis.
Así que, ¡no ignores estas señales evidentes!