Como ya hemos comentado en varias ocasiones, llevar la correcta presión de los neumáticos es una cuestión vital para nuestra seguridad, ayuda a reducir el consumo de combustible y, también, alargar la vida de los neumáticos. Pero, ¿cada cuánto debe hacerse? ¿Cuál es la presión correcta? ¿Qué se tiene que tener en cuenta para hacerlo?
La presión correcta varía en función del vehículo y el tipo de neumático, ya que cada fabricante de automóviles selecciona, prueba y homologa neumáticos para cada modelo siguiendo criterios de rendimiento, tamaño, peso y velocidad, entre otros. Aunque los dos últimos, quizás son los más determinantes.
El fabricante del vehículo siempre indica la presión adecuada a aplicar a los neumáticos. Esta información la encontrarás en el Manual del vehículo y, en el caso de los coches, también podrás consultarla en la etiqueta adhesiva localizada en el marco de la puerta del conductor o bien en el interior de la tapa del depósito de combustible.
Puedes medir la presión de los neumáticos con los manómetros de las gasolineras o bien con tu propio manómetro. Lo idóneo es hacer la comprobación en frío, es decir, que el vehículo no lleve mucho tiempo circulando, máximo de tres a cinco kilómetros. La razón es que el aire de dentro de neumáticos se expande cuando aumenta la temperatura por el efecto de la rodadura. Por tanto, si lo mides en caliente, la presión será algo superior.
Lo correcto es medir la presión de los neumáticos una vez al mes y antes de un viaje en coche, ya que es probable que aumentes la carga transportada, por lo que la presión de los neumáticos tendrá que ser distinta.
¡Ah! Y no olvides medir la presión de la rueda de repuesto. Cuando la necesites, agradecerás que esté en perfectas condiciones.