Igual que se falsifican y se venden bolsos, relojes, perfumes y ropa falsificada, también ocurre con los recambios de piezas para vehículos. Antes, se falsificaban sobre todo accesorios interiores, pero hoy en día podemos encontrar prácticamente cualquier pieza para el vehículo pirateada.
Más allá de cuestiones éticas y, evidentemente, legales, los recambios piratas suponen un peligro para la seguridad vial, tanto la tuya como la de todos, ya que “no cumplen ni los requisitos técnicos ni de funcionalidad ni las especificaciones para las que fueron diseñados”, advierten desde Sernauto; ni tampoco, obviamente, están homologados. Algunos de los peligros de los recambios piratas son, por ejemplo, que no se active el airbag en caso de colisión, que el vehículo no frene a tiempo ante una situación de riesgo, provocar graves daños en el motor… Puedes consultar los riesgos en la siguiente infografía que publicó la DGT.
A pesar de que hay casos en los que el conductor elige por voluntad propia recambios falsificados, son muchos los que desconocen el origen de las piezas. Además, son difíciles de detectar, según admiten los fabricantes de vehículos, aunque con una inspección visual se pueden llegar a detectar algunas incoherencias, como errores tipográficos, traducciones extrañas, etiquetas sin el nombre del fabricante…
Por tanto, nuestra recomendación es que, tanto para el mantenimiento del vehículo como si necesitas hacer alguna reparación puntual, acudas a un taller oficial o de confianza y te dejes aconsejar por el mecánico profesional.
La obligatoriedad de los espejos retrovisores varía en función del tipo de vehículo.