De acuerdo con el Reglamento General de Vehículos, aprobado
mediante el Real Decreto 2822/1998 del 23 de diciembre, se
ha de realizar una inspección técnica periódica con la
finalidad de garantizar que el estado del vehículo sea el
correcto para circular, sin que suponga un peligro para sus
usuarios o para terceras personas, así como para preservar
el medioambiente y nuestra salud.