Cuando un coche ya ha pasado innumerables ITV, quizás ha llegado el momento de darle una segunda oportunidad, ¡nunca mejor dicho! Y es que casi el 90% de un vehículo es reciclable y es bueno que los elementos que forman un coche se desechen correctamente para evitar que supongan un perjuicio para el planeta.
Los conocidos popularmente como desguaces, se llaman en realidad Centros Autorizados de Tratamiento (CAT), y de eso se encargan. Un coche reúne unas 4.000 piezas que pueden ser de hasta 40 materiales diferentes, entre ellos metal, plástico, los tejidos, el caucho, el vidrio… Estos materiales pueden reutilizarse en la industria del automóvil, revenderse como componentes de segunda mano convertidos en tejidos, electrodomésticos, recipientes, aislantes y hasta suelo blando de parques infantiles.
Lo primero que se realiza cuando un vehículo llega a un desguace, es la tarea de descontaminación. Esta consiste en extraer todas las sustancias que puedan resultar dañinas para el medio ambiente, como los gases del circuito del aire acondicionado, el combustible, los aceites lubricantes, el líquido hidráulico y la batería.
Seguidamente se realiza el despiece para despojar lo que se puede aprovechar y, lo que no, se envía a la prensadora, que acaba convirtiendo el coche en un cubo de metal de aproximadamente un metro cúbico. ¿Cuáles son los elementos que se pueden reciclar?
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La estructura del coche (chapa, acero y metales): se reutilizará de nuevo en la industria automovilística, ya sea para construir nuevas piezas o vehículos, o para el sector de la construcción.
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Los neumáticos: si su estado lo permite, se recauchutan y vuelven a utilizarse. Si están dañados, en cambio, se trituran para convertirse en un granulado con múltiples aplicaciones: de combustible para plantas industriales, para la fabricación de césped artificial, de muebles, calzado, pavimento de carreteras, hasta suelo de seguridad para parques infantiles, con efecto amortiguador.
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Ventanas y lunas: tras un proceso de trituración, los cristales del coche se usan en la fabricación de productos de fibra de vidrio o como materia prima para fabricar botellas, nuevos vidrios o cerámica.
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Plásticos y elementos textiles: sirven como base para la fabricación de aislantes, utilizados en edificios, o de vuelta en la industria automovilística, como paneles de recubrimiento interior