Conducir un coche automático es, en principio, más sencillo que uno de transmisión manual, ya que no requiere sincronizar el pisado del pedal del embrague con el movimiento de la palanca de cambio, por lo que nunca se cala. Además, la pericia del conductor en las maniobras en las que hay que cambiar la marcha del coche, como por ejemplo un adelantamiento, arrancar en una cuesta empinada, un giro cerrado, no influye, puesto que un conductor experimentado obtiene prácticamente los mismos resultados que uno sin experiencia. Por lo tanto, se traduce en una mayor seguridad.
Si vienes de conducir un coche manual, es evidente que necesitarás de un pequeño periodo de adaptación. De entrada, debes saber que con el coche detenido y el freno de mano puesto (el cual cada vez es más frecuente verlo en forma de botón que de palanca) necesitas pisar el pedal de freno mientras accionas el contacto para encenderlo. Después, deberás mover la palanca del cambio automático de la P a la D y, pisando suavemente el acelerador, quitar el freno de mano del coche, que empezará a moverse.
Antes de continuar con las recomendaciones para conducir un coche automático, hagamos un pequeño paréntesis para hablar de las letras que aparecen en la palanca de cambio y que hacen referencia a las posiciones:.
- P (Parking): es la posición para bloquear la transmisión y que hay que activar al dejar el coche estacionado.
- R (Reverse): para circular marcha atrás.
- N (Neutral): hace referencia al punto muerto.
- D (Drive) es la posición que debes activar para poder conducir.
Ahora sí, ¿qué hay que tener en cuenta para conducir un automático?
- Activa el pulsador de desbloqueo de la palanca. La palanca de un coche automático dispone de un botón que la desbloquea para seleccionar el modo de marcha.
- De la posición D a la R nunca en movimiento. Hay quien cambia de la D a la R o viceversa mientas frena. Si eso se hace alguna vez y a baja velocidad, probablemente no pase nada, pero si se abusa, debes saber que estás forzando la banda de la transmisión, desgastándola de forma prematura. Cambiarla no es barato, así que asegúrate de que el coche está detenido siempre que cambies la posición de la palanca.
- No pongas la posición N cuando el coche esté en marcha. Pasar de la D a la N los últimos metros antes de detenerse completamente ante un semáforo o bien bajar una pendiente en punto muerto es un riesgo, ya que perdemos el control sobre el desplazamiento del coche.
- No selecciones N en un semáforo o atasco. Las cajas de cambio automáticas están diseñadas para soportar esa pequeña fuerza que hace el motor en posición D cuando el coche está parado. Cambiar constantemente la posición desgastará el selector de marchas. Además, por regla general, el ralentí de N es más alto que el D, por lo que estarás consumiendo más combustible. Opta por la posición N solo en detenciones largas.
- Pasa de P o N a D pisando el freno. Deja a un lado la maniobra de pisar el embrague, revolucionar el coche, meter primera y soltar el pedal mientas aceleras, propio de los coche con cambio manual. En uno automático no es necesario, de hecho, no es recomendable acelerar mientras la palanca está en N antes de cambiar a la D. El coche ya está preparado para hacer todo el proceso, por tanto, solo acelera cuando tengas seleccionada la D y así evitarás desgastar la turbina de la transmisión.
- Activa P solo cuando estés totalmente parado. Espera a tener el coche detenido para poner la posición P si no quieres romper la traba de la transmisión.
- Si vas a ser remolcado, pon la palanca a N. A pesar de que el motor esté apagado es recomendable poner la posición N si te has quedado sin batería, sin gasolina o el coche se te ha averiado y una grúa tiene que llevárselo, porque, aunque haya que moverlo poco, con la palanca en P, se podrían producir serias averías en la transmisión.
Teniendo en cuenta esto, solo tienes que dejarte llevar, aunque siempre con precaución.
